El cierre de listas para las elecciones nacionales deja fuertes conclusiones políticas.
El kirchnerismo ha metido a Zannini como comisario político de Scioli.
Así, la fórmula oficial anticipa un eventual gobierno de dos cabezas; las elecciones nacionales, que debían servir para encauzar la crisis política, anticipan una crisis aún mayor para después de diciembre.
Pero el golpe de palacio de los K llega después que el pejotismo, de Salta a Buenos Aires, copara la sucesión oficial al mando de Scioli.
La inclusión de Zannini, entonces, no puede ocultar que la lista de los K está liderada por un hijo dilecto del menemismo.
El escenario de crisis no exime a los opositores: después del derrumbe de Massa, Macri comienza a cargar con sus propios traspiés electorales.
La tentativa de una polarización choca con estas divisiones y crisis de los bloques del ajuste, sean éstos oficialistas u opositores.
Los golpes palaciegos y las peleas de camarillas delatan a partidos en ruinas, después de haber dejado al país y a los trabajadores, una vez más, a las puertas de una bancarrota nacional.
En oposición a ellos, vamos a las Paso del Frente de Izquierda para desarrollar una alternativa política propia, por el frente único de la izquierda y los luchadores contra los bloques capitalistas y por un gobierno de trabajadores.
En todo el país...
¡Vamos con Altamira-Giordano!
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