Ferguson ha vivido este martes una segunda noche demanifestaciones en la que cientos de personas han vuelto a desafiar a la Policía en protesta por el fallo del jurado que decidió no imputar al policía blanco Darren Wilson por la muerte del joven negro Michael Brown.
Pese a la relativa calma en la que se han desarrollado las protestas, los agentes han detenido a un total de 44 personas, frente a las 61 arrestadas la noche anterior.
La tranquilidad se debe al fuerte despliegue de fuerzas antidisturbios que han cerrado al tráfico la alameda West Florisante, principal escenario de los hechos violentos, y se han apostado en las principales esquinas de la urbe de 21.000 habitantes, la mayoría de la raza negra.
La seguridad ha sido reforzada con la llegada de 1.500 miembros de la Guardia Nacional, con lo cual suman ya 2.200 efectivos los desplegados por orden del gobernador del estado, Jay Nixon. "No vamos a permitir más hechos de violencia. Nuestra población no puede vivir sumida en el miedo y vamos a proteger sus propiedades y negocios", ha dicho el gobernador en rueda de prensa, rodeado por los principales jefes policiales de la ciudad y del condado de San Luis, en cuya área metropolitana se encuentra Ferguson.
Según varios testigos, decenas de manifestantes desfilaron pacíficamente en la alameda West Florisante, a los gritos de "justicia para Michael Brown" y "no disparen, estamos desarmados". Solo un grupo, que se concentró delante de la comisaría de la ciudad, se manifestó de forma beligerante. Hubo dos arrestos. Al mismo tiempo, los policías, que no portaban escudos de protección, conminaron a los manifestantes a que salieran del centro de la calle y se concentraran en las aceras.
Lo único que salvará al pueblo norteamericano es que hagan su propia revolución y si deciden eso miles de latinosamericanos y en definitiva americanos dado que vivimos en el mismo continente iremos a ayudarlos.
Luciano Larroca
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