El periodista y sociólogo Martín Sivak presentó en Rosario su libro Jefazo: Retrato íntimo de Evo Morales, una particular biografía del presidente de Bolivia, que se encamina a su tercer mandato con un masivo apoyo popular.
“Él es una persona muy abierta, sana y divertida que permitió que surgiera una buena relación. Durante esos diez años antes de que él se convirtiera en presidente de la República, lo vi en muy distintas circunstancias. Lo vi jugar al fútbol o en otras actividades que se suele ver a las personas con quienes se tiene confianza. En el 2002, cuando él sale segundo en la elección presidencial, yo estaba trabajando para un documental de la BBC de Londres, y se produjo una situación bastante extraña. Yo le pedí hacer una entrevista frente a la Embajada de Estados Unidos. Él nos llevó a parte del equipo y a mí en su auto. Allí, el me dice: «¿Si gano, podés ser mi embajador en Buenos Aires?» Yo le respondí que no podía por ser argentino. Él me respondió: «Hermanito, las reglas están para cambiarlas». Una frase que me sonó. El documentalista británico me dijo: «Vos tenés que escribir un libro sobre esta persona»”, describe Martín Sivak el autor del libro Jefazo. Retrato íntimo de Evo Morales, un texto que fue presentado el jueves pasado en Rosario y que ya cuenta con más de 35 mil ejemplares vendidos, algo que podría ser comparable con la imagen del líder boliviano que se encamina a su tercer mandato en el país del altiplano. En una entrevista con El Ciudadano, el autor reflexionó sobre las partes de su libro, que son a la vez, partes intrínsecas de la personalidad de Morales como pensar que el dinero es maldito, su estricta honestidad, sus convicciones y su pragmatismo. La historia del dirigente campesino, su medio y sus primeros años de gobierno, son aspectos en los que Sivak profundiza.
De cuerpo entero
El libro de Sivak se inicia con la descripción de una gira que realizó Morales en la que el autor confesó haber terminado “con oxígeno en una farmacia”, algo que marca la singularidad del trabajo como la del hombre que trabaja de domingo a domingo, desde las cinco de la mañana hasta la medianoche. “Evo Morales es una persona que trabaja de domingo a domingo de cinco de la mañana a doce de la noche, para él no existe la familia, no existen vacaciones, no existen fines de semana. Es la vida entregada ahí. En el libro trato de contarlo porque la primera semana que estuve junto a él, con veinte años menos, terminé en una farmacia con oxígeno porque no soporté el ritmo. Yo lo único que hacía era tomar apuntes, mientras que él daba discursos, tomaba decisiones… es una cosa de entregarse a esa vida pública que es muy emocionante. Otra cosa que me pareció central para entender a Evo Morales es su honestidad personal. Él se hizo dirigente político con la idea de que la plata es maldita. La plata compra dirigentes.
Entonces, lo que hizo Evo en todos estos años de su Presidencia es dar a entender que la plata es maldita. Esa exigencia de honestidad se vio cuando, por ejemplo, a su mano derecha Santos Ramírez lo agarraron tomando coima, y hace siete años que está preso en una cárcel común, condenado”, refiere el autor.
“En el 2002, cuando Evo ya era una figura, yo empecé a pensar en escribir un libro sobre la vida de Evo Morales. Pero cuando llegó la elección de 2005, ahí cambió un poco el eje porque me di cuenta que no quería hacer una biografía clásica con entrevistas a 100 personas y vas componiendo un personaje. Yo le dije a Evo: quiero pasar con vos mucho tiempo acá. Si vos te reunís con un presidente, si te reunís con dirigentes sindicales o si hay reunión de Gabinete, quiero estar ahí. Era una situación difusa porque quién era yo, los periodistas no entran en el Gabinete. Él aceptó sin ningún condicionamiento. Escribí todo lo que dijo. Yo mismo edité partes respetando aspectos de su vida privada de las que fui testigo. Tampoco soy tan ingenuo, porque obviamente en las reuniones donde se tomaron las reuniones más importantes, no estuve. Pero en el libro trato de contar la intimidad del presidente. Evo toma decisiones todo el tiempo, incluso cuando juega a la pelota. Todo eso me hizo pensar que mi aporte seria contar eso. Que es lo que trato de contar en los capítulos centrales”, comenta Sivak.
El libro Jefazo (la forma de dirigirse a alguien que aprecian que tienen los bolivianos, en particular Evo Morales) no es un relato en un sentido, sino que cuenta con distintos momentos. En unos Sivak se encuentra al lado de Evo, en su trajinar de gobierno; por otros cuenta los años de niñez pobre, de sueños, de luchas junto a los campesinos cocaleros de El Chapare. El texto también analiza la particular relación de Morales y Estados Unidos. Al mismo tiempo, no es sólo un libro sobre Evo Morales, sino también es un libro sobre Bolivia. “La política y la sociedad de Bolivia son aportes que tiene el texto y que yo voy agregando a lo largo del tiempo. No digo que soy un especialista en ese país, tampoco que no lo conozco porque no podría haber hecho el libro. Sí puedo afirmar que me siento familiarizado. Conocer a los actores también me parece importante”, expresa el periodista argentino también autor de El asesinato de Juan José Torres (1997); y El dictador elegido: Biografía no autorizada de Hugo Banzer Suárez (2001), trabajos realizados gracias a su larga relación con el país por ser corresponsal de diarios bolivianos.
Compañero presidente
Cuando Evo Morales llegó a la Presidencia de Bolivia, los rituales de los pueblos originarios simbolizaron mucho. Era una esperanza para los indígenas que por primera vez llegaban al poder, era una esperanza para la izquierda para poder demostrar que otra forma de gobierno era posible. Sin embargo, desde la derecha se intentó anular esa posibilidad. Preguntado sobre qué característica de las gestiones presidenciales de Evo le sorprendieron, Sivak respondió que haber podido combinar su ideología, su plan de gobierno con las posibilidades reales de su país.
“La inestabilidad política de Bolivia está incluso en su sede de gobierno, el Palacio de Quemado. Ese calificativo es un rasgo distintivo. Evo Morales terminó con esa inestabilidad política. Hay que pensar que, desde la recuperación de la democracia, todos los presidentes electos sacaron en promedio 27 o 28 por ciento. Evo sacó un 54 por ciento. Tiene una supremacía política totalmente inédita en la historia de ese país. Eso es algo muy importante porque sirve para entender cómo cambiaron las cosas en términos políticos. Ahora, la estabilidad política y el boom económico son los que explican la gran diferencia que tiene Evo Morales en intención de votos. Las mayorías campesinas o los sectores medios urbanos no siguen ciegamente a Evo porque es un par.
Si la economía no hubiera funcionado bien como hasta ahora, Morales estaría saliendo.
Sería caricaturesco pensar que la sociedad tiene una fe ciega en Evo. ¿Por qué los sectores bajos, medios bajos e incluso medios altos lo apoyan? ¿Por qué tiene un gran consenso? Eso es así, porque Evo cumplió con su agenda de gobierno. Él llegó con la promesa de cambiar la Constitución y de hacer un país más inclusivo. Lo hizo así, también con concesiones”, sostuvo Sivak quien afirma que Evo aunque tiene un discurso bastante radicalizado, pudo sentarse a negociar y reconocer límites de su política.
Tiempo de cambios
La otra expectativa que se había fijado cuando Morales llegó a la Presidencia, fue el mejoramiento del nivel de vida de los bolivianos, que por entonces era uno de los países más atrasados de América latina. “Evo Morales tiene una capacidad enorme para entender que el producto de los comodities se podría trasladar para el bienestar general.
Tenemos la renta petrolera, qué hacemos: programas sociales universales, infraestructura. Nunca se construyeron tantas rutas ni infraestructura en la historia de Bolivia como ahora. Es muy visible el cambio. También me impacta mucho y es algo que yo pude ver por haber asistido tanto tiempo a los ministerios incluso cuando Evo no era presidente. Hay una vieja capa política que fue totalmente apartada. No se gobierna con dirigentes políticos reciclados sino que se gobierna con dirigentes campesinos, con funcionarios de ONGs, con funcionarios universitarios. Hubo una auténtica revolución política y obviamente las élites fueron desplazadas. Lo que es interesante es que en 2008 hubo un conflicto importante con las élites de Oriente. Se habló de guerra civil, de secesión. En ese marco, Evo Morales se apropió del concepto de autonomía, justamente la bandera de las élites que buscaban un control total sobre los recursos naturales.
Entonces, Evo planteó que la autonomía es un concepto de disputa, se apropió de esa lucha y cómo. Aisló a los radicales, destinó mucho financiamiento estatal a obra en el Oriente, coptó a dirigentes opositores y entró territorialmente en esa región. Hay que pensar que, antes, Evo no podía aterrizar con su avión en ninguna pista de Santa Cruz de la Sierra”, apunta Sivak quien sonriendo recuerda que ahora Morales es recibido con los brazos abiertos en la región a la que le fue bien con sus mandatos.